Es la base de la cultura organizacional y plasma en su centro el conjunto
de valores, normas y principios a ser adoptados como cultura del negocio. Su
creación, actualización y correcta transmisión a través de todos los niveles de
la organización es una de las mejores medidas de prevención contra las
conductas no éticas y repercute de manera positiva mejorando la relación entre
empleados, proveedores y clientes, además de que fortalece la imagen y
reputación de la empresa.
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